Skygoblin, 2012

LO QUE NOS ENCANTA

1. El tono: «The Journey Down» es todo «buen rollo». Tiene una historia encantadora, un buen número de personajes pintorescos, y todo en el juego desprende optimismo. Ya os advertimos de que  el tono de «Dead Synchronicity» va a ser opuesto… pero jugar a «The Journey Down» es un placer.

2. El enfoque: como aventura, el juego ofrece al jugador la opción de visitar diversas localizaciones e interactuar con un buen número de personajes y objetos simultáneamente; poco a poco, se van descubriendo más escenarios; y luego más personajes; y, más tarde, más objetos… ¡Genial! Este tipo de experiencia de juego menos «guiada» es precisamente la que echamos de menos en algunas de las aventuras más modernas. Para nosotros es obvio que este diseño narrativo hace que el jugador se sienta mucho más involucrado en el universo del juego; y esa sensación es, justamente, uno de los factores que más nos gustan de las grandes aventuras gráficas.

3. Los puzles: algunos de los puzles de «The Journey Down» os recordarán a los grandes momentos de los clásicos de Lucas. En Skygoblin saben cómo mezclar el punto justo de absurdo, humor y lógica, para provocar la sonrisa del jugador… o directamente la carcajada.

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4. La  música: la elegante combinación de jazz y reggae funciona perfectamente.

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LO QUE NOS GUSTA

5. El estilo artístico: el universo artístico de «The Journey down» tiene una personalidad muy fuerte. Independientemente de que guste o no, su estilo, basado en el arte africano, es perfectamente reconocible desde el momento en que uno ve una imagen del juego (como las que hay en esta entrada). Es llamativo y personal, y eso no es fácil de conseguir…

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«The Journey Down« es una aventura muy, muy bien hecha: divertida, ingeniosa y muy entretenida. Sus autores, Henrik Englund y Theodor Waern, están ahora mismo acabando el port a iOS de este primer capítulo, que esperamos que mejore los puntos débiles de la versión PC.

Afortunadamente, también están trabajando en el segundo capítulo.

Afortunadamente… ¡porque NECESITAMOS saber más sobre las aventuras de Bwana y Kito!

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