LucasArts, 1992

LO QUE NOS ENCANTA

1. El enfoque: la aventura hace gala de una progresión perfectamente ponderada, que va desde la linealidad del primer «episodio» hasta una experiencia de juego más abierta, a medida que el juego avanza. Este proceso es ideal para un «novato» (que siente que avanza en el juego muy rápido) pero también es un punto muy atractivo para un jugador experto (que se sentirá más imbuido en la trama del juego a medida que este se vuelve más abierto y, por ende, más difícil).

Pero es que incluso la linealidad de los primeros episodios está convenientemente «disfrazada»: en términos técnicos, desplazarse desde el escenario de las Azores (compuesto por una sola pantalla) al escenario de  Islandia (compuesto por dos pantallas) no es muy distinto de ir de «una habitación» a la «habitación de al lado». Pero solo hay que meter en medio el viejo recurso del «mapa de vuelo de Indiana Jones» y, de pronto, la experiencia que percibe el jugador es totalmente distinta.  ¡Sencillamente genial!

2. Las alternativas: ¿Preferís que Sofía vaya con vosotros o preferís ir solos? ¿Mejor pelearse que robar? ¿Travesía en camello o viaje en globo? ¿Dejaréis que el amor os haga retroceder en vuestra aventura? ¡Depende de vosotros! Y lo mejor de todo es que no es solo una cuestión de mecánicas o de re-jugabilidad: al final son incluso decisiones morales, lo cual es más duro… ¡y tremendamente actual!

3. La intro interactiva: una de esas ideas geniales que en LucasArts solían sacarse de la manga.

4. El aroma épico: sí, sale Indy, así que se supone que es más fácil que el juego desprenda ese aroma heroico. Pero solo hay que echar un vistazo a la decepcionante Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal para comprobar que hace falta algo más que un personaje para conseguir que una obra sea épica.

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Jugar a Indiana Jones and the Fate of Atlantis casi 20 años después de su lanzamiento es todavía una experiencia muy emocionante y divertida. Es verdad que algunas mecánicas, como los puzles de combinación o los laberintos pueden parecer pasados de moda (estos días hemos tenido pesadillas con los discos de piedra…). Y también lo es que se echan de menos esos maravillosos personajes secundarios de otras aventuras anteriores de LucasArts.

Pero la historia, los puzles (algunos de los cuales son asombrosos), el tono, la estructura… son tan brillantes, que no hay duda de que el juego es todavía una joya.

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